Cierto es que no cuento más los versos
cuando marco con el báculo mi ritmo:
yo prefiero que me nazcan las palabras
que cerrarles las pisadas con un cinto.Aunque es verdad que más tino debería
exhibir —pues hoy va en ello mi prestigio—,
yo las siento arañarme en la garganta
y no salen, si con la métrica fustigo.¿Tengo culpa acaso yo, purista sabio,
si no logro convencer de que los signos
también sirven al poeta cual silencios
y en pausas la cadencia te hace guiños?Yo sé que es muy fiel y tuya la tarea
de cazar cualquier gazapo que escurrido,
entre líneas va y refulge tras la hoja
más, no obstante, solo esto yo te pido:Saca pronto del bolsillo ese pañuelo,
quita el polvo de la roca en el camino,
sienta ahí tu gran augusta posadera,
y permite que mi voz te lleve el trino
de las letras que me baten en el alma,
las historias que me llenan de designios:Si no lloras y no ríes, ni conmuevo
esa torva mirada hacia mis vicios…
yo prometo romper todos mis bastones
y cerrarme para siempre a todo grito.–Álex Padrón, octubre 2024
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Los mapas del tiempo, Editorial Primigenios 2019
El rosario del hombre de ceniza, Editorial Primigenios 2020
Thanatos y Eros, Editorial Primigenios 2021
La disyuntiva de la margarita. Revista Azahar 82, 2022