(este poema forma parte del desafío #poember2024. Día 8, “Invisible”)
He aquí, que yo no me veo.
De hecho, nunca me ve nadie.
Y no va de cosa mala.
¿Te dije que soy cobarde?Yo no espero ser notado,
si no me notan, me vale
para entre calles mojadas
caminar sin que me asalten.También es bueno ser sombra,
también es bueno ser nadie,
y sin destacar, me escurro
porque sin resaltar, soy aire.Ser invisible no es malo
a no ser porque soslayes
mi presencia que te roza
las pupilas, sin tocarte.Pero nada de eso importa,
pues en la noche, los gatos
si no son pardos, son negros
y en tu cama igual se yace.–Álex Padrón, noviembre 2024
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El rosario del hombre de ceniza, Editorial Primigenios 2020
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La disyuntiva de la margarita. Revista Azahar 82, 2022