Los caminos me han tatuado las dos plantas
de los pies con las huellas que me aquejan:
más han hecho mella en mí todas las rocas,
que las marcas de mis pasos por la senda.Cada tranco ha sido ampliamente meditado:
ya los tiempos de correr no me interesan.
Y, no obstante, aún me sigo equivocando,
tropezando a cada instante con las piedras.Es que voy andando ya sin rumbo ni consuelo.
Es que voy llorando las espinas y las grietas.
Es que voy tan solo en esta marcha silenciosa,
que quizás ya detenerme sea un problema.Si me siento a un costado del camino,
¿quién quita que me puedan las tristezas?
Yo prefiero que sea agua y riegue el polvo,
que mi llanto se empantane en la cuneta.Aunque duelan las dos plantas con los pasos,
–Álex Padrón, agosto 2022
aunque sangren las dos piernas a la huella,
ven y corre si es que quieres encontrarme:
mucho extraño que camines a mi vera.
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Los mapas del tiempo, Editorial Primigenios 2019
El rosario del hombre de ceniza, Editorial Primigenios 2020
Thanatos y Eros, Editorial Primigenios 2021
La disyuntiva de la margarita. Revista Azahar 82, 2022
Lo importante es no parar. Las marcas vienen solas y son inevitables. Es el precio que se paga por vivir.
Buenos días, Álex.
¡Precioso!
Mejor andar que correr. Disfrutar del camino reconforta la llegada.
Un abrazo.