Mientras haya esperanza de verme en tus pupilas,
seguiré insistiendo en darte siempre cuerpo y alma.
Sé que poco o nada crees ahora en lo que digo,
más no quita hoy por eso convicción a mis palabras.Bien yo entiendo que el ayer ha traicionado
la confianza que en el ahora esta voz clama.
Pero tal como el río a cada instante se renueva,
yo me visto de otros colores y otras armas.No me olvido tampoco de servirme de esas cosas
que otrora te avivaron a quemarte en una llama.
Al final, el tiempo también para mí ha transcurrido:
soy más sabio y convencido estoy de que te amaba.No huiré ya más buscando fatuos cantos de sirena,
–Álex Padrón, septiembre 2023
convencido quedo aquí, y voy lleno de esperanzas
a sabiendas de que ser en tus ojos el reflejo
es la paz que a mi tormenta tanto le hace falta.
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Los mapas del tiempo, Editorial Primigenios 2019
El rosario del hombre de ceniza, Editorial Primigenios 2020
Thanatos y Eros, Editorial Primigenios 2021
La disyuntiva de la margarita. Revista Azahar 82, 2022
“tus ojos el reflejo
es la paz que a mi tormenta” bellísimo Alex. Saludos
Gracias, amiga. Solo trato de devolver un poco de la poesía que el diario me regala.
Me gusta especialmente la reflexión que, para mi, transmite tu poema: Que el ayer hiciera perder la confianza de ella hace que hoy, “… tal como el río a cada instante se renueva, yo me visto de otros colores y otras armas”. No perder la esperanza de verse reflejado en sus ojos expresa un amor sin fin, a mi entender.
Saludos cordiales
Las personas sí que cambian. El tiempo y los golpes nos hacen más viejos, pero más sabios: si es posible enmendar un error, se hace al menos el intento. Si no prospera, al menos no queda el sabor amargo de el “¿pudo haber sido?”. El orgullo no se come.