(este poema forma parte del desafío #poember2024. Día 3, “Prohibida”)
Ya nos veremos en esa esquina de un sueño:
desnuda tú, yo derramándome a raudales,
declarándome, tanto señor como el dueño
del feudo de tu cuerpo y de tus manantiales.Prohibida estás, más no es por falta de deseo
es por lejanía —ojalá no te arrebate—
antes de brindarte todo esto que poseo
que no es tanto más que locura y disparate.Locura de pensarme más que suficiente.
La niñez de en ese, tu pecho, descansarme
y así, soñarnos con el sol como aliciente
y que de nuestra desnudez nunca se alarme.Dormiré calmo mientras tanto, día y noche,
fantasías en que te atrapo por el talle
y cerramos nuestro pacto con dulce broche
de un orgasmo, gemido en lujo de detalle.Prohibida me estás, pero no para mí en sueños:
y como bien sé que soñar no vale nada,
igual dará si son tan grandes o pequeños
si me los cumples, justo en esta madrugada.–Álex Padrón, noviembre 2024
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El rosario del hombre de ceniza, Editorial Primigenios 2020
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La disyuntiva de la margarita. Revista Azahar 82, 2022