
En suspiro, saliendo de la noche,
comienzas cada día con la queja.
Me acusas, con los ojos encendidos,
de haberte desatado las tormentas.¿Qué pudiera entonces yo decirte,
para trocar en sonrisa la querella?Empecemos pues por esos huracanes
que dices que levanto tras mis huellas.
Ojalá pudieran compararse con la helada
que al partir, a cuidar siempre me dejas.Por seguir, digo más, pequeña artera,
que de tanto hurgar has roto verjas:No es justo que me acuses de quebrar
la débil resistencia que me ofrezcas.
De robarte el tiempo y el espacio.
De ponerte a soñar con las estrellas…Cuando eres quien provoca con la risa
que no lleva ni un afeite, mañanera,
quien pretende arrancarme por las noches
la pequeña cordura que me queda.Así que no me vengas con pamplinas,
ni pucheros, ni lloros, ni rabietas:
ven pronta a rendirte ante mis besos.Y si vienen…
–Álex Padrón, El rosario del hombre de ceniza,
pues que vengan las tormentas.
Editorial Primigenios 2021
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Los mapas del tiempo, Editorial Primigenios 2019
El rosario del hombre de ceniza, Editorial Primigenios 2020

Thanatos y Eros, Editorial Primigenios 2021

La disyuntiva de la margarita. Revista Azahar 82, 2022
Un poema precioso, con fuerza y desgarro. Por eso transmite tantos sentimiento. Me ha encantado.