A propósito de la burrada de Graham Norton contra Henry Cavill, menospreciando su afición por Warhammer 40K considerándola ‘rara’ para un adulto y calificándola de juguetes o muñecas… bueno, ya él se ocupó de darle una respuesta inteligente y comedida.
Usando mis palabras entonces: al que le parezca raro que sea fan de los videojuegos, escriba CF y Fantasía o me reúna los domingos en el Vedado con mi Warband a jugar Warhammer 40K Black Crusade, mejor que no me trate. Porque es una persona a la que no quiero ni conocer.
Todo no puede ser trabajo. El ser humano, para ser productivo, necesita distraerse. Muy probablemente el que me critica juega en su teléfono al Best Fiend, al Candy Crush o cualquier otro pasatiempo.
O, mucho peor, se la pasa horas y horas mirando la novela de moda (coreana, turca, brasileña, colombiana…). O, para colmo de pérdida de tiempo, no se pierde un episodio de El gran hermano o las peripecias de pijería de las Kardashian (no sé si se escribe así, pero ni me voy a preocupar en buscarlo).
Mi tiempo libre es mío y hago con él…
…lo que me venga en ganas. Luego de completar mi jornada de trabajo y escritura, porque considero muy en serio mi oficio de narrador y poeta —lo cuál será motivo de próxima reflexión— y atender a mis obligaciones familiares me quedan algunas horas que empleo en jugar en la PC y ver series (de las buenas, de las que valen la pena).
No incluyo acá las horas que dedico a la lectura, porque —por recomendación de Stephen King—, leer es parte de la jornada de trabajo de un escritor.
Ahora bien: no es lo mismo un videojuego con un libreto pre-programado que un juego como Warhammer 40K. Esta franquicia también tiene sus videojuegos, aunque su versión principal es un juego de mesa con “figuritas”. Ojo, el ajedrez y el parchis también necesitan piezas de juego.
En Cuba no se venden las figuras de WH40K, y menos mal, porque se me iría parte del salario en adquirirlas como colección y trabajar en ellas (más productivo que meter un barco en una botella, porque después se usan).
Pero WarHammer, como buena franquicia que se respete, tiene sus sistemas de juegos de rol. Y estos, para un escritor, son una invaluable fuente de inspiración —además de la diversión añadida. Si quieres saber por qué, puedes consultar este video:
¿Por qué juego los domingos?
Si pudiese jugara a diario, pero los amigos que nos reunimos tienen sus responsabilidades también. No obstante, los 5 o 7 (a veces más) que nos juntamos en casa del Rojo los domingos en la tarde; estamos más que dispuestos a emplear unas seis horitas en torno a una mesa, llena de hojas de personaje, lápices y dados de diez caras para completar una nueva aventura de nuestra Warband.
Una aventura es parte de una campaña, y una campaña no es cosa de un solo día. Normalmente, necesitamos entre tres a seis meses para completarla, un año incluso. Y eso está bien. Creo que es una de las pocas reuniones sociales dónde tantos hombres y mujeres pueden relacionarse sin una gota de alcohol, sin un escándalo público, sin molestar a sus vecinos y, por sobre todas las cosas, creando un lazo de hermandad.
Ya las galleticas, el refresco, el café, la tableta de maní y todo lo que cada cual buenamente aporte a la despensa común es otra cosa. Todo se reparte, hayas traído o no.
Hermanos de armas
Cómo un pelotón militar, a lo largo de la campaña mis compañeros se vuelven mis hermanos. No sé demasiado de la vida y obra de todos los de mi Warband… ni me hace falta tampoco.
¿Los rangos de edades de mis amigos? Pues diría que de 15 a 50 años, fácil. Sin embargo, estoy seguro que correrían por mí si necesito ayuda, como igual yo iría al rescate de ellos en la vida real, sin dudarlo siquiera. Discusiones hay algunas, pero sobre la mesa de juego. Nada sobre mujeres, religión o política, lo cual se agradece en las condiciones actuales.
De hecho, ahora que lo pienso, ni siquiera los conozco por nombre, sino por sus personajes y sus acciones. Pero he visto cómo reaccionan ante cada situación que nos suelta JC (el granmaster o director de juego de nuestra campaña). Y de seguro que yo confiaría primero en alguien que juega rol que en el asere de la esquina con el bafle de reguetón.
Continuará
Aún espero poder jugar alguna vez con ustedes,a ver si aprendo algo
Completamente de acuerdo contigo. Cuando se pide respetar los gustos, hay que respetarlos, no solo los mainstream.
Muchas gracias por compartir