Lucha de contrarios

Sí, tienes razón: sé que es difícil
entender el porqué de mis poemas.
Cuando vivo en dualidad de claroscuros,
pero sé que al final gris no es la mezcla.

Entiendo que mi principal virtud (y mi mayor defecto)
es dejarme la piel por estas sendas…

Pero con orgullo esgrimo que cuando
hago el amor, uso todas sus letras.
Que mi mejor defensa es no tener ninguna
y dejo pronto las corazas en la acera.

Soy así una paleta andante
de nostalgia y esperanzas,
amor y odios, pero no indiferencias.
El pasado y el futuro se me juntan, promediando,
un presente que a veces me recuerda
que he vivido mucho, intensamente,
pero muy de poco me sirve la experiencia
si no me desnudo presto a recibir azotes
unidos a caricias, cuando las caricias vengan.

Entonces, yo te propongo un trato:
mientras estés lejos, quisiera me leyeras.
Puede que no lo logre muy a menudo,
pero haré para ti cada día una hoguera
y quemaré en ella mis pasiones,
mi tranquilidad, mi paz, mi guerra,
todas las corazas que resisten
a caer sonoras por la acera.

Deshojaré para ti, sobre ese fuego,
del amor que siento toditas esas letras
y que emerja del humo resultante
un poema-señal que sea faro
del camino que lleva hacia mi puerta.

– Álex Padrón, agosto 2019

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