Compás de espera

Si tienes a bien no tardarte mucho,
podría esperarte por toda una vida.

Ya eso lo he hecho por años y años
mientras tú, anónima, por el mundo seguías.
En tanto a destiempos, trataba de hallarte
en los ojos de muchas y en los labios de algunas
(que por breves instantes se te parecían).

No quiero agobiarte con este, mi ruego,
ni busco apurarte o trocarte tu dicha
de ser alma sola que vaga en las ondas,
libre de ataduras, tan bella y altiva.

Solo quiero que entiendas que ahora que existes,
que ya te conozco, que sé dónde habitas,
se me hace difícil soportar la espera.
Que de tanto aguardar por toda una vida,
poco a poco mis pies se hacen más lentos,
mi pelo se aclara, mis manos tiritan
sin el pulso firme que tenía antaño
para sostener tu mano en la mía.

Por ti, de seguro, yo sigo esperando
pero te sugiero que andes aprisa,
que seas valiente al enfrentar tus dudas
y corras al son de la propia medida
en que entiendas que puedes amar a este loco,
que lleva buscándote por toda su vida.

Podría esperarte lo que queda de ella…
pero te sugiero no tardes, querida,
que el tiempo es voraz…
y mi vida finita.

-Álex Padrón, Publicado en “Los mapas del tiempo“, Primigenios 2019.

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