Lo seguiré intentando

¡Qué difícil me resultan las certezas
cuando pesa el pasado como piedra!
Cuando miro el presente y no te veo.
Cuando muere la luz entre la hiedra.

Eres tú mi más querida defensora,
mi reducto, mi aliciente, mi veleta,
ama fiel que me esclaviza sin quererlo,
aunque olvides el silbarle a las estrellas.

Así pues, para que nunca te abandones,
y en silencio se te mueran las promesas
yo seré la voz que canta por tu boca
y pondré tercas palabras en tu lengua.

Aunque sea el más sucio de los trinos
por lo menos, maquinal en mi palestra,
te diré todos los días que te amo,
saludándote, buen sol, hasta que vuelvas.

Álex Padrón, Febrero 2021

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