Manuscrito encontrado en una botella para Torcuato, cuando este deja a su mujer

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Ah, guajiro, creo que no
entendiste la indirecta.
De la forma más abyecta
hoy te dejo, porque yo,
no te quiero, créelo.
Cierto es que bien gozaba
esa mandanga que daba
a mis ancas alegría.
Pero no era cosa mía
ni sólo a ella jugaba.

Yo vivo la libertad
de andar por cualquier potrero,
de chivar a los monteros
y ganarme su amistad.
No veo necesidad
de casarme yo contigo,
aguantarme tu castigo
y que la soga me pongas:
Yo tengo rabos por tongas,
de hombre, viejo y vejigo.

Si pensaste que las flores
era que iba de amorío,
erraste, querido mío,
era para los olores.
Mejor te bañas, no llores,  
yo eso lo perdonaba
porque nunca me pensaba
que vivirme tú querías:
Yo vivo en la porquería,
pero contigo, ni osaba

Mejor en cuatro paticas
pide pronto a tu mujer
a su lado hoy ya volver.

Mejor si no te complicas
y a quererla te dedicas:
sé que mi cadera embulla
pero no hagas más bulla.
Así que cierro esta glosa:
La puerca tuberculosa,
la que nunca va a ser tuya.

–Álex Padrón, marzo 2019

Y hasta aquí, de momento, dejo las travesuras de La puerca tuberculosa. Si quieres que haga más décimas como esta, pídemelo en un comentario y tal vez me anime.

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1 comentario en “Manuscrito encontrado en una botella para Torcuato, cuando este deja a su mujer”

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