No eres tú

¿Cómo puedes concebir, corazón, que no te ame
con esas virtudes lindas que para ti he inventado?

Poco importa si las quieres o mereces, porque
mi fantasía con ellas ya hace rato te ha adornado:
así, con la perfección te visto y callada te regalo
todos los dones habidos del infierno y el parnaso.

¡No insistas, digo, en que eres un sencillo ser!
Sé que no puedes ser tan común o tan zafio.
Porque solo yo sé que mucho me merezco
el toque gentil, el amor y el beso desgarrado.

Convengo, sí, que en ocasiones pareciera
que no respondes a la perfección a mi reclamo.
Pero entiendo que es difícil y que cansa
ir de ángel de luz en cada verso y paso.

No obstante pareciera que te esfuerzas
en no aprovechar los dones que te he dado.
Y de a poco veo grietas en la máscara impoluta
que confieso yo te he puesto y fabricado.

Es entonces que no veo más que los errores,
y me ciego a tus propios valores heredados.
Es así que pienso y te grito que es mentira
esas frases que, sin decir, me han ganado.

Cómo no encajas en ese bello sueño mío,
que es perfecto, moral, estrecho, inmaculado…
debe ser que eres maldad, injusta trampa,
que me hiciste feliz y me estabas engañando.

Así que fuera, aparta de mi vista y devuelve
esos dones conque te vestí y te he soñado:
tan rápido sé erigir y elevar los pedestales
como luego bailar, aplastando los pedazos.

–Álex Padrón, octubre 2020

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