La primera vez fue un beso consensuado.
Sin presión, habíamos pactado y así resuelto
que de inicio no mediaran las palabras,
ventilando tantas noches de desvelo.La segunda, eché mano a la osadía
esperando que no fuese atrevimiento:
fue tan breve y fugaz aquel contacto
que debía comprobar si no era un sueño.Las siguientes yo te juro que no quise
detenerme en el reposo de tus besos.
Pero eran tan intensos, seductores,
que no pude despedirme sin tenerlos.Queda pues en mí el regusto de tus labios
–Álex Padrón, junio 2022
y el recuerdo de abrazarte… más yo quiero
que olvidemos esos besos que nos dimos
y revivan como nuevos cada encuentro.
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Los mapas del tiempo, Editorial Primigenios 2019
El rosario del hombre de ceniza, Editorial Primigenios 2020
Thanatos y Eros, Editorial Primigenios 2021
La disyuntiva de la margarita. Revista Azahar 82, 2022
¡Precioso!
La belleza de la poesía e intimidad de un beso.
Junto con el abrazo, son más elocuentes que las palabras.
Saludos