Poesía

¡Qué desgracia haber caído ante tus ojos
tan abajo, que ni el saludo me darías!
Aunque haya mil estrellas en el cielo
me entristece si una sola apagaría.

Es normal: no me haces ni este caso.
Lo inusual hubiese sido lo contrario.
¿Imaginas ese aborto de la suerte
en que oyeses este canto reiterado?

Te perdono mil vidas
si me das par de versos…

Muy orgullosos nos sentimos por saber
–con muchas leyes y etiquetas inventadas–
cómo funciona y lo que mueve al mundo
(o, al menos, como creemos que lo haga)…

Llámale infatuación, o dime oprobios
cuando yo afirme, con terca ternura mía,
cuán importante eres, cuanto te amo,
y que siempre serás el eje de mi vida…

Los medios hábiles Te juro que no extraño ni un poquitoel viejo pliego, la pluma de ganso…porque antes de las palabras,hubo bailes.Primero que cuadernos,Los juglares.

Siempre desechamos los principios:
son confusos y por natura torpes…
más tarde se arreglan…

Soy héroe de mil combates
escapando a lo sensato;
no hay control a mi arrebato
ni aunque mis espadas mates…