Carga de esperanza

¡Si pudiera regalarte mi alegría,
porque sé cuánto duelen las tristezas!
Que ensombrecen, que te rompen
y te llegan acechando a la sombra,
traicioneras,
y te borran la risa y la paciencia.

¡Si pudiera cargar con tus dolores
para que sea a mí mismo al que le duelan!
No te digo que no tenga yo mis propios,
pero puedo manejarlos, mientras sepa
que te alivio y por eso agradezco
que los míos hagan hueco a tus penas. 

¡Ojalá pudiese darte más consuelo
y llevarte segura por la senda!
Pero siento que hablo en automático:
Mi tristeza es honda, mi vida incierta
y por desgracia me parece por momentos
que se acabarán los ruegos, las promesas
y con el tiempo dejaras de leer mi verso
y dejaré de ser ese que amas y que sueñas .
(No te culpo: lo dice mi experiencia)

No obstante, sí puedo darte mi confianza
de que todo en esta vida pasajera
tiene un final, amargo o dulce,
pero siempre pasan, dolores y tristezas
y sea cual sea el desenlace
eso no impedirá que yo te quiera.

Solo espero cuando dejes de buscarme
ya yo yazca hace rato bajo tierra.

–Álex Padrón, El rosario del hombre de ceniza,
Editorial Primigenios 2020

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