Casi al final

Sostenme y canta, corazón, o yo me pierdo.
Préstame tu valor, que soy cobarde
y no quiero mirar cómo me hundo
de a poco y de a más en soledad,
en mi más horrible y tenaz hielo.

Sé mi voz cuando no puedo hablar, o ya no quiero,
porque sé cuan serias consecuencias acarrean
tanto los discursos como los silencios.

Mientras la noche se me encima,
mientras me van creciendo los ruegos
de que hoy por fin no sea el día,
de que un hoy definitivo, siempre sea luego…

…que por algún milagro de este mundo
dónde sé que he crecido y donde aún crezco
tenga espacio todavía para el lloro, el viento, el fuego.

Hazme saber por uno, dos, o mil dioses en el cielo
que aún me amas y seguirás haciéndolo,
sino a la eternidad, por lo menos
hasta que,  por fin, me atrape el sueño.

–Álex Padrón, Los mapas del tiempo,
Editorial Primigenios 2019

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