En estrofas de a seis versos

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Con mala saña me acusas
de ser poeta sin alma,
de seleccionar con calma
el verso fácil, ligero,
y dejar en el tintero
mis más sentidas palabras.

No niego que en el proceso
de abrirme el cuerpo en canal
he aprendido a pergeñar
un poco en prosa y en verso.
Pero no por ser tan honesto
me tienes que condenar.

Las musas sí se amaestran
cuando escribes día a día.
Si el oficio me valdría
para abrir tu corazón,
no habría mejor razón
para insistir, vida mía.

Pero como no reconoces
—ni quieres reconocerlo—
que entre oficios y denuestos
aún para ti yo escribo,
más fácil se te da el castigo
que el elogio que merezco.

A fuerza de atropellarlos
brotan fáciles mis versos.
Y si mi alma se inquieta
y se asoma entre las líneas
habrá quien guarde en consigna
los besos que para ti ofrezco.

–Álex Padrón, mayo 2022
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