Cuento

En nombre de las ciencias sociales

La primera impresión que me causó el señor T, petulante y autosuficiente en la alberca sucia de propios méritos, no fue para nada favorable. Como vivo convencido que no hay segundas oportunidades de causar primeras buenas impresiones, mentalmente le colgué el cartel de charlatán a su recuerdo.

Finales felices

Yo soy de ese tipo peculiar de románticos que adoran los finales felices. Así que, por cliché que parezca, tomo asiento en el banco del parque y me dedico a contemplar por igual niños y palomas..

La salud de las arañas

La habitación era claramente siniestra, valga el oxímoron. El cielorraso parecía estar a tal altura que solo podría alcanzarse utilizando un avión y la población de arañas…

¡Mírame a los ojos!

Este cuento es uno de mis clásicos: de los primeros que escribí, pero que he molido y rehecho a lo largo del tiempo. Al ser publicado en Pesadilla, tragedia y fantasmas de neón (Primigenios, 2020), creo que ya lo puedo dejar descansar en paz.

El último recurso*

Con esta noche, ya son tres. Tres días que la pobre Olga está desaparecida. La vida se mueve en grupos de a tres: tres minutos para tomar la próxima bocanada de oxígeno, tres días para vivir sin agua, tres semanas para resistir sin comida. Tuvieron el tiempo del agua para encontrar a Olga, y han fallado…

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